En un caprichoso cluster de sentido que podría ser ese viaje hace dos meses, hay algunas cosas que deseo compartir.
Los alumnos abren y cierran los significados.
El entusiasmo, la entrega, la curiosidad, las risas, las preguntas. Algunos elogios, esos espontáneos que no se olvidan.
Las muestras monumentales de humildad, como la de la Dra. Kathleen Wolf: siempre aprendiendo, preguntando con interés, brindándose con un eterno espíritu de conocimiento a todos por igual, acaso sin notar que es una verdadera leyenda. En su bici, con su equipaje liviano, su abrazo sentido. Qué privilegio.
Y la de Nevin J. Harper, con su profundidad y sencillez, dando luz a asuntos cruciales con elocuencia, haciendo las preguntas que no se acostumbran, abriendo las conversaciones necesarias. Un verdadero lujo.

Vancouver y Barcelona.
Está la sabiduría inmensa del Dr. Won Sop Shin, otro fuera de serie; la generosidad y alegría de Guangyu Wang, a cargo de la magia ejemplar de la Facultad de Ciencias Forestales de la UBC; las chicas de la UBC (la UBC, un regalo conocerla); la brillante y cálida Dra. Jill Litt, enorme. El libro abierto Xavier Roget, un ejemplo vivo de cómo hacer las cosas, qué placer es escucharlo. Y Melissa Lem, creadora del programa PaRx de Prescripción Verde en la red de Parques de Canadá -sí, médicos recetando naturaleza-.
Y están las clases de esas que dan satisfacción, preparadas con afán, conciencia y pasión.
Y un silencio infinito por los paisajes nativos, las tierras enormes, la belleza exuberante y el equilibrio delicado de todo paraíso.
Agradezco a todo el equipo ForestTherapyHub y a cada persona que dio sentido a este viaje.
Me quedan impregnados un caracol del mar, una piedra de la orilla del Northwest Pacific, un cedro douglas que no acaba nunca de tan alto, los aromas del Mediterráneo y el bosque inenarrable de Vancouver. Todo lo que aún no he conocido y acaso estaba tan cerca.
Aún traigo en los bolsillos un poco de ese aire, ese rumor de hojas, me queda puesta una sonrisa. Y cierta certeza de que cada paso dado en esos días sigue respirando, silencioso, en algún rincón de quienes estuvieron allí.

Una de las cosas que me han dicho es que, como formadora, se sentía que yo sentía lo que enseñaba.
Acaso el conocimiento que llega habiendo dado lo mejor de uno, con honestidad intelectual, experiencia en el cuerpo y el corazón limpio, llega más profundo.
Espero que disfruten esas fotos random, sin mucho tiempo para prepararlas un poco mejor.
· Programas de formación FTHub Summer School Vancouver y FTHub Summer School Barcelona 2025 ·





